8 de Marzo 2017

Club de Lectura (3ª Reunión)

 

El miércoles, 8 de marzo se reunió el Club de Lectura para comentar el libro «Carta de una desconocida», de Stefan Zweig. En la sesión, el profesor de Geografía e Historia del IES DELICIAS, Luis García Otero, atrajo, con su guía de lectura, el interés de los asistentes

CARTA DE UNA DESCONOCIDA | Stefan Zweig

Por Mercedes Sahuquillo, profesora de Latín y Griego

El club de Lectura del IES DELICIAS se acerca por primera vez a un autor vienés de una delicadeza inigualable.
Este libro, o mejor, esta carta es un canto al amor, al dolor, a todo aquello vivido y nunca pronunciado, es el fruto de una pasión conmovedora, nacida desde la adolescencia de la protagonista, iniciada y concluida con la muerte del hijo.
Es una novela breve y larga a la vez. Breve en líneas, pero larga e intensa en sentimientos. Contenida y fluida. Extraña y sencilla. Dos mundos paralelos que se rozan sin compartir.
Él y ella, lo masculino y lo femenino, dos esferas del siglo pasado. Ella vive su pasión oculta hasta la muerte, solo visible ante los ojos de él en las rosas blancas del jarrón azul, y él, sin saber, sin reconocer, sin enamorarse jamás, viendo la vida a través de esa mirada cautivadora. Sin embargo, a partir de ese instante, a partir de la carta recibida, ¿será su vida igual, su mirada al jarrón vacío, será la misma ya?
Cada lector debe buscar su propia respuesta o ninguna. Lo importante ha de ser sumergirse en lo más profundo del sentimiento humano.
Esta novela, que escribió con tan solo 20 años, nos aporta una terrible dualidad. El propio autor (Viena 1881 – Petrópolis, Brasil 1942) también vivió una época plagada de dualidades atroces. Ser judío, ser alemán, ser exiliado, conocer dos guerras, entre otras vivencias, le hizo forjar una visión muy pesimista de la humanidad. Tal fue su fobia a la humanidad, su incapacidad de adaptación al mundo que él veía en declive continuo, que tanto él como su esposa decidieron ponerle fin a todo.

CARTA DE UNA DESCONOCIDA | Stefan Zweig

Por Araceli de la Torre, AMPA del IES DELICIAS

Nos encontramos ante una carta de amor conmovedora, plagada de sentimientos y confesiones. Un relato tristísimo, con una prosa sutil, sencilla y delicada, narrado en primera persona por la mujer protagonista, de la cual nunca sabremos su nombre. Un autorretrato femenino expresado a través de la pluma de un escritor –hombre- que ha sabido interpretar la sensibilidad y la psicología femeninas. Quizá la fidelidad a la exactitud de la traducción disminuya la intensidad de su lectura y no logremos discernir el íntimo significado de su lenguaje limitando su atractivo. Una pena que algunos no podamos disfrutarla en alemán para comprenderla mejor.

Stefan Zweig nació en 1881, en el seno de una familia de judíos en Viena donde se doctoró en Filosofía. En 1913 se estableció en Salzburgo hasta 1934 en que huye de su país por la presión nazi. A partir de entonces estuvo residiendo en París, Londres, Bath y Nueva York sucesivamente. En 1941 embarca con su segunda esposa hacia Brasil donde conocerá a la poetisa chilena Gabriela Mistral. El 22 de febrero de 1942, en la ciudad de Petrópolis, se suicidó, junto con su mujer Charlotte, ingiriendo un veneno letal, con una despedida: “Saludo a todos mis amigos… Ojalá puedan ver el amanecer después de esta larga noche”. Fue amigo de Freud, Richard Strauss, Máximo Gorki, Rainer Maria Rilke, Auguste Rodin o Arturo Toscanini, entre otros.

Zweig escribió novelas, relatos cortos, ensayos (políticos o literarios), obras teatrales y varias biografías, de las cuales la más famosa es la de María Estuardo. Trabajó además en traducciones de autores como Paul Verlaine, Charles Baudelaire y Emile Verhaeren.

Su estilo literario se caracteriza por una magnifica habilidad narrativa y por la elaborada construcción psicológica de sus personajes, aspecto éste influenciado, según mi opinión, por la literatura de Dostoievski, al que consideraba uno de los mayores escritores de la historia.

De “Carta de una desconocida” se han realizado dos versiones cinematográficas, la primera en 1948 filmada por el alemán Max Ophüls. La segunda adaptación fue en 2004 por parte de la directora china Xu Jinglei, obteniendo esta última la Concha de plata a la mejor dirección en el 52 Festival Internacional de Cine de San Sebastián, proyección que se acerca más al original de Zweig, pese a que la historia se ha trasladado a una ciudad oriental.